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lunes, 31 de marzo de 2014

Visión de Elisabeth Kubler Ross...



“La muerte es una experiencia maravillosa y positiva pero el proceso de morir, cuando se prolonga como el mío, es una pesadilla. Nos mina las facultades, sobre todo la paciencia, la resistencia y la ecuanimidad”

“A pesar de todo mi sufrimiento, continuo oponiéndome a Kevorkian que quita prematuramente la vida a las personas por el simple motivo de que sufren mucho dolor o molestias. No comprenden que al hacerlo impide que las personas aprendan las lecciones que necesitan aprender antes de marcharse… En estos momentos estoy aprendiendo la PACIENCIA y la SUMISION”

“Esta vida mía ha sido muchas cosas pero jamás fácil. Esto es una realidad, no una queja. He aprendido que no hay dicha sin contratiempos. No hay placer sin dolor”

viernes, 21 de marzo de 2014

Padres Brillantes....Maestros fascinantes......AUGUSTO CURY !!!




¿Qué clase de educación es ésta que estamos construyendo, que elimina la buena calidad de vida de nuestros queridos maestros? Le damos un alto valor a los mercados del petróleo, los autos y las computadoras, pero no nos damos cuenta que el mercado de la inteligencia esta en bancarrota. Eduque la emoción con inteligencia. ¿Y qué es educación emocional?

Es estimular al estudiante a pensar antes de reaccionar, a no tener miedo del miedo, a ser su propio líder, autor de su propia historia, a saber cómo filtrar los estímulos estresantes y a trabajar no sólo con los hechos lógicos y los problemas concretos, sino también con las contradicciones de la vida. Por desgracia, nos hemos sumergido a nosotros mismos en una sociedad sin tener ninguna preparación para vivir.

Estamos vacunados desde la infancia contra una serie de virus y bacterias, pero no lo estamos contra la desilusión, la frustración y el rechazo. ¿Cuántas lágrimas, trastornos psíquicos, crisis de relación e incluso suicidios pudieron evitarse con la educación emocional? Los maestros y los psicólogos juran que hay recuerdos pero, como dije antes, este es uno de los falsos pilares en que se sustentan la psicología y las ciencias de la educación. No hay un recuerdo puro del pasado, sino una reconstrucción de ese pasado con micro o macro diferencias. Los exámenes deberían valorar cualquier razonamiento esquemático, cualquier idea organizada, aun si están completamente equivocados en relación con el material que se enseñó. Es posible dar la máxima calificación a un razonamiento brillante basado en datos erróneos. Esto valora a los pensadores.



jueves, 13 de marzo de 2014

Cuando pensabas que no te veía - Madre Teresa de Calcuta


Cuando pensabas que no te veía, te ví pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.

Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.

Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo platicar y en quien confiar.

Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.

Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.

Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.

Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da.

Cuando pensabas que no te veía, vi como cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, ví lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.

Cuando pensabas que no te veía, ví que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.

Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, te ví y quise decir: ¡Gracias por todas las cosas que ví, cuando pensabas que no te veía!

"NO TE PREOCUPES PORQUE TUS HIJOS 
NO TE ESCUCHAN...TE OBSERVAN TODO EL DIA".

Madre Teresa de Calcuta

lunes, 10 de marzo de 2014

POEMA DE MIGUEL HERNANDEZ !!!



Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón 
y ponerlo debajo de un zapato.



Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.



No puedo con mi estrella.
Y busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.


Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos, 
y ahí te quedas, al mundo le diría.




Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.



Un amor me ha dejado con los brazos caídos 
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?




Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?



Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.


Me sobra corazón.


Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.



No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.



De "Otros poemas"
1935 1936

viernes, 7 de marzo de 2014

¿DONDE ESTA LA VERDAD ? DENTRO DE TI MISMO !!!


Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.

-Uno de ellos dijo: pronto serán creados lo humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémosle de vicios y de defectos, eso les destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:

- Esta previsto que  tengan defectos y dobleces pero eso servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo, que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío.
-¡Qué divertido! -dijeron todos.
Pero un joven y astuto duende, desde un rincón, comentó:
-Deberíamos quitarles algo que sea importante... ¿pero qué?
Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:
-¡Ya sé! Vamos a quitarles la llave de la felicidad.
-¡Maravilloso... fantástico... excelente idea! -gritaron los duendes mientras bailaban alrededor de un caldero.
El viejo duende siguió:
-El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos volvió a tomar la palabra:
-Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
A lo que inmediatamente otro miembro repuso:
-No, recuerda que tienen fuerza y son tenaces; fácilmente, alguna ve z, alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos podrán escalarlo y el desafío terminará.

Un tercer duende propuso:
-Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Un cuarto todavía tomó la palabra y contestó:
-No, recuerda que tienen curiosidad; en determinado momento algunos construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.
El tercero dijo:
-Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
A lo cual los otros dijeron:
-No, recuerda su inteligencia, un día alguno van a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir.
Un duende viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
-Creo saber dónde ponerla para que realmente no la descubran. Debemos esconderla donde nunca la buscarían.
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
-¿Dónde?
El duende respondió:
-La esconderemos dentro de ellos mismos... muy cerca del corazón...
Las risas y los aplausos se multiplicaron. Todos los duendes tan:
-¡Ja... Ja... Ja...! Estarán tan ocupados buscándola fuera, desperados, sin saber que la traen consigo todo el tiempo.
El joven escéptico acotó:
-Los hombres tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrir dónde está la ve y se lo dirá a todos.
-Quizá suceda así -dijo el más anciano de los duendes-, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno, nadie le creerá.

ASUNTOS INCONCLUSOS !!!


Dos monjes Zen estaban cruzando un río. Se encontraron con una joven muy hermosa que también deseaba cruzar, pero tenía miedo. Así que uno de los monjes la subió sobre sus hombros y la transportó a la otra orilla.










El otro monje estaba furioso. No dijo nada, pero estaba hirviendo por dentro. Un monje budista no debería tocar a una mujer; y este hombre no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre sus hombros. Caminaron durante varios kilómetros. Cuando estaban llegando al monasterio y ya cruzando el portal, el segundo monje, furioso, enfrentó al primero y le dijo: "Tendré que hablarle al Maestro respecto a esto, tendré que informarle. ¡Eso está prohibido!". El primer monje dijo, "¿De qué hablas?¿Qué es lo que está prohibido?". "¿Lo has olvidado?", dijo el otro. "¡Llevaste a una hermosa mujer sobre tus hombros!". El primer monje rió y dijo: "Sí, la llevé. Pero la dejé a la orilla del río, kilómetros atrás. ¿Acaso tú aún sigues con ella?".



¿Por que la gente se grita cuando está enojada?



Un sabio preguntó a sus mandalies lo siguiente:

— ¿Por que la gente se grita cuando está enojad
a?

Los hombres pensaron unos momentos:

—Porque perdemos la calma —dijo uno— por eso gritamos.

—Pero
, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? —preguntó el sabio—.  ¿No es posible hablarle en voz baja?  ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:

—Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el sabio preguntó:

— ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?, ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué?
Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio continuó:

—Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede?  No hablan, sólo susurran y se vuelven a
ún más cerca en su amor.  Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Así es cuando cerca están dos personas cuando se aman.

Luego el sabio dijo:

—Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

LOS PADRES Y LOS HIJOS...LOS HIJOS Y LOS PADRES

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de algún lugar de oriente, vivía un señor con cuatro hijos, el menor de los cuales tenia, en el momento de esta historia, alrededor de 30 años.

Para ese entonces, sus hermanos contaban con 35 y 37, y 40 años. El padre tenia algo mas sesenta, pero como en esa época el promedio de vida rondaba los cuarenta años, era prácticamente un anciano y, por lo tanto, tenia todos los problemas propios de la senectud. Su cabeza, su cuerpo, sus esfínteres, su capacidad para valerse por si mismo , nada de esto funciona ya bien en el viejo.


Un día, el hijo mas joven se caso y se fue de la casa. Se genero entonces un gran problema: el padre se que daría solo. La madre había muerto a raíz del ultimo parto y los otros hermanos ya estaban casados. En consecuencia, no había nadie que pudiera hacerse cargo de este viejo, con el agravante de que no eran épocas en las hubiera asilos ni dinero para pagarle a alguien que se ocupara de cuidarlo.

Los hijos empezaron a sentir que, pese al amor que le tenían, el padre era una complicación. No era posible que alguno de ellos se llevara al padre a vivir a su casa para hacerse cardo de él. Así es que los hijos tenían verdaderamente un serio problema.

El cuento comienza con los hijos reunidos conversando acerca de cual será el futuro del padre. En un momento dado, se les ocurre que se podrían turnar. Pero pronto advierten que esa solución no va a ser suficiente y, además, que significa un gran costo para sus vidas.

Y entonces, casi sin darse cuenta, empiezan a pensar que lo mejor que les puede pasar es que el padre se muera. Pese al dolor que implicaba para ellos ese reconocimiento, pronto advirtieron que no podían solo esperar que esto sucediera, porque el padre podía llegar a vivir muchos años mas en aquella situación.

Pensaron, también que ninguno de ellos podría soportar esa demora. Y entonces, misteriosamente, a uno de ellos se le ocurrió que, quizá, lo único que habría que hacer era esperar que llegara el invierno. Quizá el invierno terminara con el.

Y fue así como imaginaron que si entraban en el bosque con su padre y el padre se perdía, el frió y los lobos harían el resto. Lloraron por esto, pero asumieron que tenían que hacer algo por el resto de sus vidas. Y decidieron turnarse para cuidar al padre, pero solo hasta la llegada del invierno Después de la primera nevada, que fue especialmente intensa, los cuatro hermanos se reunieron en la casa.

Le dijeron al padre: Ven, papa, vestirte que vamos a salir . ¿salir? ¿Con la nieve? – pregunto el padre sin comprender. Pero los hijos respondieron : Si, si, si, vamos. El padre sabia que su cabeza no estaba funcionando bien últimamente, así que decidió acatar con sumisión lo que sus hijos le decían Lo vistieron, casi irónicamente lo abrigaron mucho, y se fueron los 5 rumbo al bosque .

Una vez allí, comenzaron a buscar un lugar para abandonarlo y desaparecer rápidamente. Se introdujeron en el bosque, cada vez más profundo, hasta que en un momento dado llegaron a su claro. De pronto, el padre dijo:

- Es aquí ¿Qué?- preguntaron asombrados los hijos. Es aquí – repitió el anciano Supuestamente, el padre no tenia la lucidez suficiente para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, ellos se habían cuidado muy bien de no decirlo. ¿A que se referiría el padre?

Aquí, aquí, este es el lugar – insistió. Entonces, los hijo le preguntaron: ¿Qué lugar? Papá.....¿Que lugar? Y el padre respondió: Este es el lugar donde, hace 25 años, abandoné a mi papa"

Esta es una historia familiar, para bien y para mal. Porque vamos a hacer con nuestros padres lo que ellos nos enseñaron que hace con los padres. Del mismo modo, nuestros hijos van a hacer con nosotros lo que nosotros hicimos con nuestros padres.




Jorge Bucay Libro:
Del autoestima al egoísmo

NAVEGANTES DE LA VIDA: ¿A donde vamos? ¿A donde voy !!!

NAVEGANTES DE LA VIDA




Una persona sale del puerto de su Manzanillo para navegar con su velero en un hermoso día de verano. Como zarpa solo y se trata de una pequeña excursión, no lleva alimentos ni localizador ni radio.









De repente una terrible tormenta lo sorprenda y lo lleva descontrolado mar adentro. Balanceado y castigado por el viento y la lluvia torrencial, el hombre ni siquiera puede darse cuenta de hacia donde está siendo arrastrado su barco. Por el temor de resbalar por la cubierta echa el ancla y se refugia en su camarote hasta que la tormenta amaine un poco.

Cuando el viento se calma, el hombre sale de su refugio y recorre el velero de proa a popa. Revisa cada centímetro de su nave y se alegra al confirmar que esta entera. El motor se enciende, el casco esta sano, las velas intactas, el agua potable no se ha derramado y el timón funciona como siempre.

HACERSE LA PREGUNTA CORRECTA

El navegante sonríe y levanta la vista con intención de volver a puerto. Voltea en todas las direcciones, pero lo único que ve es agua. Se da cuenta de que la tormenta lo ha llevado lejos de la costa y de que no sabe dónde está. Toma conciencia de que esta perdido.

Empieza a desesperarse y en un momento dado se queja en voz alta diciendo: Estoy perdido.

-Mirando al cielo dice en voz alta: Dios mío estoy perdido. Ayúdame.

-Misteriosamente se escucha una voz profunda que dice: ¿Qué te pasa?
El hombre se arrodilla frente al milagro e implora lloroso:

-Estoy perdido, no sé donde estoy, ilumíname. Señor ¿Dónde estoy, señor? ¿Dónde estoy?

De repente, la voz respondió a esa llamada desesperada:

- En estos momentos estas a 38 grados latitud sur y 29 grados longitud oeste.

-Gracias, gracias.... Dice el hombre más que emocionado por lo sucedido.

Pero pasada la primera alegría piensa un ratito y se inquieta retomando su queja:

- Estoy perdido Dios mío! ¡Estoy perdido!
Acaba de darse cuenta de que con saber donde uno esta no se deja de estar perdido.

- ¿Qué pasa? (dice de nuevo la voz celestial)

- Es que en realidad no me basta con saber donde estoy lo que me tiene perdido es que no sé a donde voy.

-Vuelves a tu puerto. Le responde. Ahora más rápidamente, antes de que el cielo comience a cerrarse el hombre grita. ¡Estoy perdido, Dios mío estoy desesperado!

EL CAMINO NO ES SUFICIENTE

-La voz le habla por tercera vez: ¡Y ahora qué pasa!

-Es que sabiendo donde estoy y a donde quiero llegar sigo tan perdido como antes porque ni siquiera sé donde esta ese puerto.

-Vuelves a tu puerto de Manzanillo- le responden.

Ahora, más rápidamente que antes, antes de que el cielo comience a cerrarse, el hombre grita.

-¡Estoy perdido, Dios mío, estoy desesperado!

- ¡¿Ahora qué pasa?! (La voz le habla por tercera vez)

-Es qué sabiendo donde estoy y a dónde quiero llegar, sigo tan perdido como antes porque ni siquiera sé donde esta ese puerto.
La voz celestial le empieza a decir

-Manzanillo esta a 38 grados latitud oeste y 21 grados....

-¡No, no, no! interrumpe el hombre.

-Pero tú me pediste....-replica la voz.

-Si Diosito... yo sé que te pedí, pero ¿sabes qué pasa? Que acabo de comprender que no basta con saber donde estoy y a dónde voy. Necesito saber cuál es el camino para llegar.

Eso necesito saber. Cuál es el camino para ir desde donde estoy hasta donde voy. Por favor, Dios mío, por favor...

En ese instante cae desde el cielo un pergamino atado a una cinta celeste. El hombre extiende el papel y encuentra dibujado con toda claridad un mapa.

Arriba y a la izquierda hay un puntito rojo que se enciende y se apaga con un letrero qué dice: "Usted esta aquí". Abajo a la derecho esta un punto azul donde se lee Manzanillo. Y a un tono amarillo fosforescente, una línea rodeada de varios círculos con indicaciones: remolino, arrecifes, piedrecitas, vientos fuertes de acá y de allá. Se trata claramente de una ruta que une aquellos puntos: el camino a seguir para llegar al destino.

El hombre, por fin se pone tan contento, se arrodilla y se santigua y dice: -Gracias Dios mío, gracias

El marino leva anclas, estira la vela, mira el mapa, observa por todos los lados y vuelve a gritas una vez más.

-Estoy perdido, estoy perdido.
-Estoy perdido, estoy perdido.
-Estoy perdido, estoy perdido.

Los obstáculos las ponemos nosotros mismos !! (CUENTO DE JORGE BUCAY)











Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven.

Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. 

En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.

Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo.

Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.

Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad.

Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro,o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné,aquello que sería el mayor de mis éxitos.Me imagino que todo eso está en esa ciudad.

Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.

A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba.

Me canso un poco, pero no me importa. Sigo.

Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.

Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.

De todas maneras decido saltar la zanja.

Retrocedo, tomo impulso y salto...

Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja.

Vuelvo a tomar carrera y también la salto.

Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.

Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo. Imposible saltarlo

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas.

Me doy cuenta de que está allí para construir un puente.

Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar.

Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses.

El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo.
Y al llegar al otro lado... descubro el muro.
Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... Me siento abatido... 

Busco la manera de esquivarlo.

No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca...

No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire...

De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera.

Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.

Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -

¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

El niño se encoge de hombros y me contesta: -

¿Por qué me lo preguntas a mí?

Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

Cuento...La tristeza y la furia....Jorge Bucay "El Gordo"


En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...


En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.

Había una vez... un estanque maravilloso.  Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los  colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban  permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.  La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se  baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así  que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza... Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar  donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin  conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al  desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia,  ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien,  encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del  disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.



CUENTO....Yo quiero ser feliz...Dice el ser humano.....

Una tarde, hace muchísimo tiempo, Dios convocó a una reunión.
Estaba invitado un ejemplar 
de cada especie.



Una vez reunidos, y después de
escuchar muchas quejas, Dios soltó
una sencilla pregunta:




"¿Entonces, qué te gustaría ser?" a la que cada uno respondió sin tapujos y a corazón abierto:

La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda.
El elefante pidió ser mosquito.
El águila, serpiente.
La liebre quiso ser tortuga, y la tortuga, golondrina.
El león rogó ser gato.
La nutria, carpincho
El caballo, orquídea.
Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal...

Le llegó el turno al hombre, quien casualmente venía de recorrer el camino de la verdad, hizo una pausa, y esclarecido exclamó:"Señor, yo quisiera ser... feliz."


Viví García,
Me gustaría ser


DIALOGO....VIKTOR FRANKL Y SEÑORA LINEK

-      Dr. (Doctor)  Querida Señora Linek ¿Qué piensa  usted ahora de su larga  vida, viéndola en retrospectiva, ¿fue una vida hermosa?

-      P. (Paciente) ¡ah! Señor profesor, debo decirle realmente que fue una buena vida. La vida era tan bonita y que debo agradecerlo al señor  todo lo que me regaló, asistí a teatro, fui a concierto. Sabe usted la familia en cuya casa serví  en Praga, hace muchas decenas de años, con frecuencia nos llevaba a conciertos y ahora tengo que agradecer al señor  toda esa cosa hermosa.

-      Dr. Usted habla de experiencias muy bonitas, señora Linek. Pero, ¿no se acaba  eso ahora?



-      P (pensativa) Sí, todo eso se va acabar ahora.

-      Dr. Dígame usted señora Linek ¿cree usted que con eso va quitarse del mundo todas las cosas bonitas  que usted experimentó? ¿qué ha perdido su validez? ¿qué se convirtieron en nada?

-      P. (Todavía pensativa) Esas cosas hermosas que yo viví...

-      Dr. Dígame señora Linek. ¿Puede alguien que no haya sucedido la felicidad que usted vivió? ¿puede alguien extinguirla?

-      P. Tiene usted razón señor profesor, nadie puede hacer  que no haya  existido.

-      Dr. ¿O puede alguien extinguir la bondad que usted encontró en su vida?

-      P. No tampoco nadie puede hacer eso

-      Dr. ¿puede convertir en nádalo que usted logró y alcanzó con su esfuerzo?

-      P. Tiene usted mucha razón señor profesor,  nadie puede quitar eso de la realidad.

-      Dr. ¿puede aniquilar alguien lo que usted soportó con valentía y entereza? ¿puede  alguien sacar  eso del pasado? ¿de ese pasado en el que usted lo ha rescatado en el que usted lo ha cosechado y guardado? ¿en el que usted lo ha reservado y almacenado?

-      P. (conmovido ahora  hasta las lagrimas) Nadie puede hacerlo. Nadie. (después de una pausa) ciertamente he tenido  que sufrir mucho. Pero también me esforcé para aguantar los golpes que me dio la vida. ¿comprende usted?, señor profesor. Yo creo que el sufrimiento es un castigo. Porque creo en Dios.

-      Dr. Pero dígame, señora Linek, entonces el sufrimiento ¿no puede ser una prueba? ¿no puede haber sucedido también que Dios haya querido ver como soportaba la señora Linek?

Y al final tal vez tuve que conceder  que ciertamente  lo había soportado  con valentía. Y ahora dígame usted: ¿qué piensa usted ahora, puede alguien hacer que no haya sucedido esas cosas que usted  hizo?

-      P. No, nadie puede
-      Dr. Eso ciertamente permanece ¿o no?
-      P. así es, eso permanece

-      Dr. Sabe señora Linek. ¡No solo hizo bien toda esa suerte de cosas en su vida, sino que además sacó partido de esos sufrimientos. Y en ese aspecto usted es un ejemplo  para nuestros pacientes. ¡Felicito a sus compañeros del hospital  porque la pueden tomar como ejemplo.

En ese momento sucedió algo que nunca había sucedido  en una conferencia: Los 150 oyentes, estallaron en un aplauso espontaneo.

-   Dr. Mire señora Linek,  este aplauso es para usted, le aplauden a su vida  que fue una sola gran realización.   Puede estar orgullosa de su vida y que pocos hombres pueden  estar orgullosos de su vida. Podría decir  señora Linek  que su vida es un monumento que ningún hombre  puede suprimir de la realidad.

Lentamente  salió la anciana de la sala de conferencia y una semana después murió. Sus últimas palabras registradas en su historial medica fueron las siguientes: "Mi vida es un monumento, dijo el profesor a los estudiantes en la sala de conferencias por lo tanto mi vida no fue inútil"


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Frankl, Victor E. (1978)  Psicoanálisis y Existencialismo. E.d. FCE


La silla vacía.... y el terapeuta.....








Ha partido mi paciente, solo me he quedado. Jornada larga y movida que se encuentra en paz y yo en ella, la noche y yo, juntos, iniciando un romance de tranquilidad.

Poco a poco me voy aquietando, regreso a mi ser, un suspiro largo y profundo me permiten darme cuenta que estoy en movimiento, el interno, conmigo mismo, en la reflexión.

Afuera, las gotas comienzan a caer, el vacío y lo negro del cielo ante mis ojos, no veo, no percibo, simplemente esperando, de pronto el cielo se ilumina, la sorpresa ante mis ojos, las nubes se dibujan cual silueta inesperada, la luz en la oscuridad, ahora me doy cuenta. ¿Y? -me pregunto-.

Un día más de trabajo terapéutico, pacientes e historias desfilaron por aquí y yo con ellos, ya se han ido y puedo recordarlo, hacerlo consciente, darme cuenta de lo que sucedió a ellos y a mi. ¿Y?, ¿qué hay más allá de la terapia? ¿Qué sigue? Esperar el día de mañana a que lleguen los pacientes, esperar la semana, el mes, el año. ¿Y?

Esto se puede convertir en un trabajo rutinario, monótono, mecánico, dejándome llevar tanto por el río y yo sin darme cuenta dónde estoy. Algo debe haber más allá, estoy seguro, no puede ser tan neutral, si lo pienso: el otro crece y yo también, dentro de nuestra circunstancia particular y si es aprovechada la oportunidad o de lo contrario hay involución a un trabajo no provechoso.

Yo soy el terapeuta, me han dicho, estudie y estudie y aquí estoy, después de haber leído y leído todos esos libros, mismos que son el reflejo de lo que alguien hizo en un momento: vivir, observar, percibir, escribir. He leído la vida escrita. Ahora estoy en esa vida, con pacientes, ya no hay escuela, sin embargo, no hace falta, ya sé por dónde caminar y me doy cuenta que estoy en la mejor escuela, inmerso en un mundo: el de la vida.

Esa vida, única e irrepetible como los suspiros de este momento. Una vida de submundos, los de cada persona, historias que pasan en y por el consultorio, por mi cabeza, mi sentir y todo mi ser. ¿Y?. Soy el terapeuta y puedo pasar toda mi vida como un mundo mudo, sin hablar, sin decir lo que vivo, lo que he aprendido o puedo compartir de mi experiencia, la experiencia de ser lo que soy, ser yo.

Compartir, es también una responsabilidad del terapeuta, no solo copiar lo que otros dicen, lo que se lee. Teóricamente es generar conocimientos y darlos a conocer. El espacio terapéutico es un núcleo de investigación, es el semillero, el gran examen de nuestra profesión; dónde está lo que se descubre y encuentra, dónde esta la vivencia no pensada, la que surge de repente, la del origen de las grandes creaciones. ¿Esperar tranquila o activamente, el día de mañana?

No todo el tiempo, algunos instantes pueden ser muy provechosos. ¿De verdad el terapeuta se cree todo lo que lee, lo acepta incondicionalmente sin asumir una postura, se mantiene al margen epistemológico de generar conocimiento? ¿Dónde están los nuevos aportes? No busquemos un hilo conductor, empecemos primero por hablar, por decir, luego vendrá lo otro.

Puede ser la propia experiencia, aunque parezca insignificante, siempre habrá alguien que lea y lo leído se convierta, después de su reflexión, en un hilo detonador de creatividad escrita. ¿Será cuestión de atreverse a hablar y escribir? O ser, fuera del recinto educativo, un esclavo del consultorio.

Responsabilidad implica ser un participante activo de la generación epistemológica del conocimiento y ello alcanza a la Gestalt. Mucha gente ha dicho, lo que sigue es esperar a que otros digan, leerlos y decir: sí, sí, es cierto, comulga con lo que pienso y siento. ¡Pero si eso también lo pudiste decir tú! ¿Qué paso, por que no hablaste? ¿Qué estas esperando para hablar tu también?

Hazte escuchar terapeuta gestalt, aquí y ahora, después de que se han ido tus pacientes, estando esa silla vacía, ¿quién queda? Sólo tú, habla contigo, de tu gestalt, de lo que se te ocurre, de tus dudas y reflexiones, de lo que se te ocurrió, de lo que hiciste desde ti mismo.

Atrévete a probar, arriésgarte a aprender, no sólo a repetir ejercicios. Crea nuevas relaciones conceptuales, no esperes a que esa silla vacía se ocupe, ya está llena de riquezas, date el chance se verlas, escucharlas, sentirlas, descúbrelas como el rayo a las nubes.

Si lo meditas por unos instantes, ya esta ocupada, es la silla que queda en tu interior, háblate a ti mismo. Llena esa silla vacía como lo hace el paciente, con tus historias y tu sentir, que hable el terapeuta, la persona que tú eres y después sigue esperando otro día, como la hoja de un cuaderno en blanco, no para hacer lo mismo, a lo que estás acostumbrándote, sino algo diferente, con un objetivo personal, profesional y científico. Ser hombre de ciencia y con responsabilidad humanista y de salud, exígete compromiso, dedicación, entrega, pero no sólo al interior, también al exterior, vive la vida y después reflexiona y escribe acerca de ella.

Es como las recetas familiares, se transmiten de generación en generación. Y nosotros, la gran familia gestalt, ¿qué es lo que vamos a transmitir y dejar a los siguientes terapeutas? ¿Somos sólo repetidores o podemos darle un condimento diferente al platillo?

No busques dar a conocer un nuevo platillo, ya terminado, primero selecciona los ingredientes, mezcla, prueba; en consecuencia el platillo resultará. Yo ya tengo mi condimento, el tuyo ¿cuál es? No te preocupes, alguien te leerá, repetirá tus palabras: sí, sí, es cierto, comulga con lo que creo.

Entones, resultará que de las ideas que compraste, algo darás y alguien te comprará, ya después a él le tocará la tarea que tú hiciste. Sin embargo, si no hablas y escribes, ¿quién te escuchará o leerá?

El conocimiento actual se ha creado con la palabra de muchos y así seguirá; como esas gotas que caen, son muchas, de diversos tamaños, sólo juntas son lluvia y sólo así se moja el piso, lo de arriba y abajo se vuelven uno.

Seamos las gotas de lluvia, la lluvia gestalt, mojemos de nosotros mismos lo que este afuera, allá, lejos de este consultorio. Busca el día en que puedas decir: Ahora siento que la silla ya no esta tan vacía, esta llena de la esencia de mi profesión: el ser humano.

En el consultorio Por: Psic. Fernando Romero Guzmán

POEMA..QUIERO SER EN TU VIDA.......

Quiero ser en tu vida algo más que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán.

Quiero ser, en ti misma, una huella imborrable y
un recuerdo constante y una sola verdad.

Palpitar en tus rezos con temor de abandono. Ser, en todo y por todo, complemento de ti.

Una sed infinita de caricias y abrazos; pero no una costumbre de estar cerca de mí. sino un amigo acompañandome en todo momento

No quiero ser en tu vida una pena de ausencia y un dolor de distancia y una eterna ansiedad.

Algo más que un instante, y algo más que el ensueño que venciendo caminos, llega, pasa y se va.

Ser el llanto en tus ojos, y en tus labios la risa.
Ser el fin y el principio. La tiniebla y la luz. Y la tierra, y el cielo; y la vida y la muerte.
Ser, igual que en mi vida, has llegado a ser tú.