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viernes, 7 de marzo de 2014

LOS PADRES Y LOS HIJOS...LOS HIJOS Y LOS PADRES

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de algún lugar de oriente, vivía un señor con cuatro hijos, el menor de los cuales tenia, en el momento de esta historia, alrededor de 30 años.

Para ese entonces, sus hermanos contaban con 35 y 37, y 40 años. El padre tenia algo mas sesenta, pero como en esa época el promedio de vida rondaba los cuarenta años, era prácticamente un anciano y, por lo tanto, tenia todos los problemas propios de la senectud. Su cabeza, su cuerpo, sus esfínteres, su capacidad para valerse por si mismo , nada de esto funciona ya bien en el viejo.


Un día, el hijo mas joven se caso y se fue de la casa. Se genero entonces un gran problema: el padre se que daría solo. La madre había muerto a raíz del ultimo parto y los otros hermanos ya estaban casados. En consecuencia, no había nadie que pudiera hacerse cargo de este viejo, con el agravante de que no eran épocas en las hubiera asilos ni dinero para pagarle a alguien que se ocupara de cuidarlo.

Los hijos empezaron a sentir que, pese al amor que le tenían, el padre era una complicación. No era posible que alguno de ellos se llevara al padre a vivir a su casa para hacerse cardo de él. Así es que los hijos tenían verdaderamente un serio problema.

El cuento comienza con los hijos reunidos conversando acerca de cual será el futuro del padre. En un momento dado, se les ocurre que se podrían turnar. Pero pronto advierten que esa solución no va a ser suficiente y, además, que significa un gran costo para sus vidas.

Y entonces, casi sin darse cuenta, empiezan a pensar que lo mejor que les puede pasar es que el padre se muera. Pese al dolor que implicaba para ellos ese reconocimiento, pronto advirtieron que no podían solo esperar que esto sucediera, porque el padre podía llegar a vivir muchos años mas en aquella situación.

Pensaron, también que ninguno de ellos podría soportar esa demora. Y entonces, misteriosamente, a uno de ellos se le ocurrió que, quizá, lo único que habría que hacer era esperar que llegara el invierno. Quizá el invierno terminara con el.

Y fue así como imaginaron que si entraban en el bosque con su padre y el padre se perdía, el frió y los lobos harían el resto. Lloraron por esto, pero asumieron que tenían que hacer algo por el resto de sus vidas. Y decidieron turnarse para cuidar al padre, pero solo hasta la llegada del invierno Después de la primera nevada, que fue especialmente intensa, los cuatro hermanos se reunieron en la casa.

Le dijeron al padre: Ven, papa, vestirte que vamos a salir . ¿salir? ¿Con la nieve? – pregunto el padre sin comprender. Pero los hijos respondieron : Si, si, si, vamos. El padre sabia que su cabeza no estaba funcionando bien últimamente, así que decidió acatar con sumisión lo que sus hijos le decían Lo vistieron, casi irónicamente lo abrigaron mucho, y se fueron los 5 rumbo al bosque .

Una vez allí, comenzaron a buscar un lugar para abandonarlo y desaparecer rápidamente. Se introdujeron en el bosque, cada vez más profundo, hasta que en un momento dado llegaron a su claro. De pronto, el padre dijo:

- Es aquí ¿Qué?- preguntaron asombrados los hijos. Es aquí – repitió el anciano Supuestamente, el padre no tenia la lucidez suficiente para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, ellos se habían cuidado muy bien de no decirlo. ¿A que se referiría el padre?

Aquí, aquí, este es el lugar – insistió. Entonces, los hijo le preguntaron: ¿Qué lugar? Papá.....¿Que lugar? Y el padre respondió: Este es el lugar donde, hace 25 años, abandoné a mi papa"

Esta es una historia familiar, para bien y para mal. Porque vamos a hacer con nuestros padres lo que ellos nos enseñaron que hace con los padres. Del mismo modo, nuestros hijos van a hacer con nosotros lo que nosotros hicimos con nuestros padres.




Jorge Bucay Libro:
Del autoestima al egoísmo

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