Translate

viernes, 7 de marzo de 2014

NAVEGANTES DE LA VIDA: ¿A donde vamos? ¿A donde voy !!!

NAVEGANTES DE LA VIDA




Una persona sale del puerto de su Manzanillo para navegar con su velero en un hermoso día de verano. Como zarpa solo y se trata de una pequeña excursión, no lleva alimentos ni localizador ni radio.









De repente una terrible tormenta lo sorprenda y lo lleva descontrolado mar adentro. Balanceado y castigado por el viento y la lluvia torrencial, el hombre ni siquiera puede darse cuenta de hacia donde está siendo arrastrado su barco. Por el temor de resbalar por la cubierta echa el ancla y se refugia en su camarote hasta que la tormenta amaine un poco.

Cuando el viento se calma, el hombre sale de su refugio y recorre el velero de proa a popa. Revisa cada centímetro de su nave y se alegra al confirmar que esta entera. El motor se enciende, el casco esta sano, las velas intactas, el agua potable no se ha derramado y el timón funciona como siempre.

HACERSE LA PREGUNTA CORRECTA

El navegante sonríe y levanta la vista con intención de volver a puerto. Voltea en todas las direcciones, pero lo único que ve es agua. Se da cuenta de que la tormenta lo ha llevado lejos de la costa y de que no sabe dónde está. Toma conciencia de que esta perdido.

Empieza a desesperarse y en un momento dado se queja en voz alta diciendo: Estoy perdido.

-Mirando al cielo dice en voz alta: Dios mío estoy perdido. Ayúdame.

-Misteriosamente se escucha una voz profunda que dice: ¿Qué te pasa?
El hombre se arrodilla frente al milagro e implora lloroso:

-Estoy perdido, no sé donde estoy, ilumíname. Señor ¿Dónde estoy, señor? ¿Dónde estoy?

De repente, la voz respondió a esa llamada desesperada:

- En estos momentos estas a 38 grados latitud sur y 29 grados longitud oeste.

-Gracias, gracias.... Dice el hombre más que emocionado por lo sucedido.

Pero pasada la primera alegría piensa un ratito y se inquieta retomando su queja:

- Estoy perdido Dios mío! ¡Estoy perdido!
Acaba de darse cuenta de que con saber donde uno esta no se deja de estar perdido.

- ¿Qué pasa? (dice de nuevo la voz celestial)

- Es que en realidad no me basta con saber donde estoy lo que me tiene perdido es que no sé a donde voy.

-Vuelves a tu puerto. Le responde. Ahora más rápidamente, antes de que el cielo comience a cerrarse el hombre grita. ¡Estoy perdido, Dios mío estoy desesperado!

EL CAMINO NO ES SUFICIENTE

-La voz le habla por tercera vez: ¡Y ahora qué pasa!

-Es que sabiendo donde estoy y a donde quiero llegar sigo tan perdido como antes porque ni siquiera sé donde esta ese puerto.

-Vuelves a tu puerto de Manzanillo- le responden.

Ahora, más rápidamente que antes, antes de que el cielo comience a cerrarse, el hombre grita.

-¡Estoy perdido, Dios mío, estoy desesperado!

- ¡¿Ahora qué pasa?! (La voz le habla por tercera vez)

-Es qué sabiendo donde estoy y a dónde quiero llegar, sigo tan perdido como antes porque ni siquiera sé donde esta ese puerto.
La voz celestial le empieza a decir

-Manzanillo esta a 38 grados latitud oeste y 21 grados....

-¡No, no, no! interrumpe el hombre.

-Pero tú me pediste....-replica la voz.

-Si Diosito... yo sé que te pedí, pero ¿sabes qué pasa? Que acabo de comprender que no basta con saber donde estoy y a dónde voy. Necesito saber cuál es el camino para llegar.

Eso necesito saber. Cuál es el camino para ir desde donde estoy hasta donde voy. Por favor, Dios mío, por favor...

En ese instante cae desde el cielo un pergamino atado a una cinta celeste. El hombre extiende el papel y encuentra dibujado con toda claridad un mapa.

Arriba y a la izquierda hay un puntito rojo que se enciende y se apaga con un letrero qué dice: "Usted esta aquí". Abajo a la derecho esta un punto azul donde se lee Manzanillo. Y a un tono amarillo fosforescente, una línea rodeada de varios círculos con indicaciones: remolino, arrecifes, piedrecitas, vientos fuertes de acá y de allá. Se trata claramente de una ruta que une aquellos puntos: el camino a seguir para llegar al destino.

El hombre, por fin se pone tan contento, se arrodilla y se santigua y dice: -Gracias Dios mío, gracias

El marino leva anclas, estira la vela, mira el mapa, observa por todos los lados y vuelve a gritas una vez más.

-Estoy perdido, estoy perdido.
-Estoy perdido, estoy perdido.
-Estoy perdido, estoy perdido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario